miércoles, 14 de mayo de 2008

Aromaterapia

En determinados momentos y aunque no existan razones aparentes para ello, muchas personas pueden no sentirse con el ánimo suficiente para afrontar la jornada laboral, e inclusive, les cuesta salir a divertirse debido a una falta de energía.

Puedes recuperar tu vitalidad y bienestar recurriendo a las soluciones que la propia naturaleza te ofrece. En esta ocasión, nos centraremos en la “Aromaterapia”, tratamiento natural basado en el uso aceites esenciales procedentes de plantas y frutos.


¿Qué es la Aromaterapia y cómo actúa?

Como comentábamos anteriormente, la aromaterapia se basa en el uso de ciertos aceites esenciales como método terapéutico o complemento en afecciones de salud, ya sean físicas o psíquicas.
Las virtudes y propiedades terapéuticas de los aceites esenciales se remontan a la antigüedad, donde eran utilizados en medicina y cosmética.
En la actualidad, el consejo de un experto podrá ayudarnos a encontrar el aroma más adecuado para nuestro caso y la dosis adecuada.

Las fragancias que liberan los aceites esenciales actúan sobre el hipotálamo, parte del cerebro que influye en nuestro sistema hormonal. Las moléculas de los aceites llegan hasta el sistema nervioso a través del flujo sanguíneo, influyendo directamente en nuestro estado de ánimo, metabolismo… colaborando así a restablecer el equilibrio y la armonía.

Entre la amplia gama de aromas, es determinante escoger el aceite esencial más adecuado a cada caso, pudiendo destacar lo más conocidos e importantes, como pueden ser el romero y la albahaca, poseedores de propiedades energizantes e indicados directamente en casos de fatiga mental.
Otras esencias como la menta, actúan como tónico, reactivando la capacidad de atención y concentración.
Los aromas de cítricos como la naranja dulce, mandarina o bergamota ejercen un efecto relajante sin restar energía, indicados especialmente en casos de estrés excesivo.

¿Cómo aplicarla?

Los aceites esenciales se compran en pequeños envases, debido a que unas pocas gotas bastarán para ejercer el efecto deseado, y no es conveniente aumentar las dosis recomendadas con la creencia errónea de que se podrán acelerar o aumentar los beneficios.

Existen diversas formas de aplicar los aceites:

1.- Añadidas a humidificadores

Unas pocas gotas en el agua de los humidificadores de los radiadores bastará para beneficiarte de sus virtudes.

2.- En difusores

Si lo prefieres, puedes dejar que se expanda el aroma vertiendo algunas gotas de la esencia elegida en pequeños recipientes que con el calor de una vela en su parte inferior logrará difundir el aroma y ejercer el efecto deseado.

3.- En el baño y/o durante la ducha

Al levantarte o bien al término de un día estresante el uso de los aceites esenciales está muy recomendado, ya que los principios de éstos, actuarán a través del olfato y directamente a través de la piel potenciando sus efectos.
Únicamente se ha de tener la precaución de no utilizar los aceites directamente sobre la piel, han de ser emulsionados previamente en un poco de jabón o gel líquido y posteriormente verter en la bañera o sobre la esponja de baño.

4.- En un pañuelo

Unas gotas del aceite esencial elegido sobre un pañuelo resultará una opción práctica y muy útil, ya que podrá llevarse en el bolso, de forma discreta en el interior de un cajón en tu oficina… y aspirar el perfume cuando se sienta la necesidad en cualquier momento y lugar.

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